Del pasado 22 al 29 de agosto de 2021 hemos realizado con familias de la parroquia la Peregrinación a Santiago de Compostela siguiendo el Camino Inglés. En total 35 personas.
No éramos turistas ni caminantes, eramos “peregrinos”. El caminante, el turista sigue un camino cuyo final es un lugar físico. El peregrino cristiano solo tiene una meta, que no es otra que una persona: Jesús de Nazaret. Ser peregrino es contemplar que llegar a Santiago, rezar ante el sepulcro del amigo del Señor, no es el final del Camino, sino el comienzo.
Las dudas, los temores por los 120 kms. que teníamos por delante fueron desquebrajándose conforme avanzaban las jornadas. La primera, teniendo a la vista las rías de Ferrol, nos hizo ganar en confianza.
En el segundo día, las empinadas cuestas de Pontedeume las recordaremos toda la vida. Se nos hicieron infinitas. Pero el Señor, en su providencia, pone ángeles en nuestro peregrinar que nos socorren. No podremos olvidar el gesto de Manuel, sacristán de Pontedeume, que al final de esas cuestas nos esperaba con su camioneta con agua, refrescos, fruta, bocadillos, sillas y mesas incluidas, para reponer fuerzas. Todo ello y su testimonio alegre y generoso nos alentó a continuar la marcha. ¡Muchas gracias, Manuel!
En el Albergue Alvarella, con su piscina de la que tanto disfrutaron grandes y pequeños, repusimos fuerzas los primeros días. En el tercer día, desde Miño hasta Presedo, el calor apretó de lo lindo. La jornada se nos hizo pesada, pero… ¿qué peregrinar en la vida no tiene dificultades…?
La temida cuesta del Hospital de Bruma, que tan mala fama tenía, había desaparecido por la nueva variante del recorrido. Fue un día triunfal, llegamos antes de lo esperado y nos permitió recuperar fuerzas. En este cuarto día disfrutamos de un merecido descanso.
Las santas Misas celebradas, primero en Pontedeume y después en Ordes, dieron sentido a nuestra ruta compostelana. El Misterio celebrado disponía nuestro corazón a una apertura a la transcendencia ante la belleza del paisaje que desfilaba ante nuestra mirada.
La quinta jornada transitó por caminos interiores desde la Casa Barreiro hasta Sigüeiro. Fue una de las más bonitas por los paisajes contemplados de la comarca coruñesa de Oroso. La alegría de la cercanía de Santiago ya se pregustaba en las conversaciones y tertulias del camino.
La primera parte de última etapa transcurrió por caminos rurales en compañía de un buen número de peregrinos que avanzaban a buen ritmo hacia Santiago. La llegada a la plaza del Obradoiro, a los pies de la Catedral, fue emocionante, momentos de gozo y alegría tras tantos kilómetros recorridos.
La visita al Apóstol, al Pórtico de la Gloria, de la deslumbrante Catedral recientemente restaurada y la participación de la Misa del peregrino fueron el broche de oro a estos días inolvidables que cautivan el corazón. Y tanto enganchan que ya estamos pensando en la Peregrinación a Santiago del verano del 2022. ¿Te animas…?