Un año más hemos empezado el verano con buen pie. Desde que terminaron las clases de los colegios, hasta el pasado miércoles, tuvimos en nuestra parroquia el Campamento Urbano, en el que han participado 25 niños de entre 8 y 13 años. Así, muchos han podido continuar creciendo en la fe una vez terminadas las catequesis. Se ha brindado unos días de convivencia estupendos a los niños de las familias que acompañamos en Cáritas parroquial y todos hemos disfrutado muchísimo de diez intensos días de campamento.
En cada jornada, en las que nunca faltaba comenzar el día con el Señor en la celebración de la Santa Misa, nos esperaban sorpresas y nuevas experiencias. Tanto en el parque, como en la piscina; como por las tardes en los salones parroquiales, hemos aprendido, jugado, crecido juntos y entablado nuevas amistades. Todos volvíamos contentísimos a casa, deseando empezar de nuevo a la mañana siguiente.
Hemos tenido también momentos para rezar y catequizarnos, ejercitar la paciencia con los talleres de manualidades y dejar un rato el trajín de Madrid, irnos de excursión a la sierra y bañarnos en las piscinas naturales de Las Presillas.
El veredicto de niños, familias y monitores ha sido unánime: el año que viene hay que repetir.