Hoy es un día de fiesta. Un día para recordar que la actividad celebrativa, pastoral, evangelizadora, educativa y cultural de la Iglesia es posible gracias a las 41 millones de horas al año que se entregan de manera generosa.
Hoy es un día para hacer un cómputo de lo logrado y agradecerte porque, sin duda, juntos llegamos más lejos.
Hoy es Día de la Iglesia Diocesana.
Durante esta semana hemos conocido el testimonio de María del Prado, Juan de Dios, Fran y Yolanda, quienes ponen cara a todos los que con nuestra ayuda hacemos posible una parroquia viva, apasionada por Jesucristo y entregada a los demás (tú también puedes conocerles haciendo clic en sus nombres para ver sus testimonios).
Hoy es un día propicio para mirar detenidamente un recuento de todo lo logrado por tu Iglesia (ver vídeo aquí) y celebrar con orgullo cada una de estas cifras como el fruto de tu oración, tu tiempo, tus cualidades y tu apoyo económico.
A ti que le das a la Iglesia tu oración…
…Apuesto a que tú también has elevado más de una vez alguna plegaria por tu parroquia, por sus proyectos pastorales, por tus sacerdotes, por tus coparroquianos… De esta manera también sostienes la Iglesia a través de tus oraciones.
A ti que le das a la Iglesia tu tiempo…
…Cuántos no hemos entrado a la parroquia los primeros y salimos los últimos; o cuántos no hemos perdido ya la cuenta de los años que llevamos sirviendo al Señor en algún apostolado. Es ese tiempo que has dedicado a tu Iglesia el que hace posible que siga haciendo su obra en el mundo.
A ti que le das a la Iglesia tus cualidades…
…poniendo al servicio sus más potenciales cualidades, retribuyes a Dios ese regalo que Él te dio y articulas el cuerpo místico de Cristo que es la Iglesia. Cantando, limpiando, construyendo, reparando y con todo cuanto haces por tu parroquia, tú también has sido parte del engranaje para que pueda moverse y llevar la salvación a toda la Tierra.
A ti que le das a la Iglesia tu aporte económico…
…Es ese aporte, sin importar cuánto, ofrenda amorosa que al ser entregada a Dios adquiere fisonomía y valor nuevo, pasando de lo ordinario a lo extraordinario; de lo efímero y lo perecedero para convertirse en auténtica caridad en favor de los más necesitados.
A ti, que eres Iglesia… simplemente: Gracias. Y es que no hay un sentimiento que recoja mejor el espíritu de este día de júbilo que la gratitud. Una gratitud que enaltece a cada uno de quienes hacen parte de ese cuerpo místico de Cristo que es la Iglesia y que promueve al mismo tiempo la corresponsabilidad que tiene cada uno en su funcionamiento en aras a un nuevo año lleno de nuevas misiones y oportunidades de seguir sembrando la semilla del Evangelio.
#GraciasXTanto
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